Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo. Eso debería ser así, pero en estos diítas tenemos que pasarnos el refranero por el forro de nuestras creencias y poner el sayo a buen recaudo. Se nos ha venido encima una continuación de lo padecido en la Feria, que sé de más de uno/a que estuvo a pique de telele en una tarde ferial. Es esto un anticipo de lo que vendrá en su momento, pero es que en su momento nos coge más encajados, con la guardia alta y las consecuencias son más inocuas. Ahora, no; ahora nos pilla desprevenidos y hasta, a veces, con el sayo inoportunamente colocado. Se han venido arriba los mercurios de manera tan sorprendente como insufrible. Y así el inopinado panorama que se nos vino encima, a ver cómo manejamos lo del sayo, lo del cuarenta de mayo y la puñetera madre que los parió.