Sevilla FC

Los contratos que finalizan en 2025, una peligrosa inacción

A la izquierda, el futuro: Juanlu, Isaac y Kike Salas; y a la derecha un fin de ciclo: En-Nesyri, Ocampos y Joan Jordán.

A la izquierda, el futuro: Juanlu, Isaac y Kike Salas; y a la derecha un fin de ciclo: En-Nesyri, Ocampos y Joan Jordán. / José Luis Montero

El aficionado sevillista tiene muy asumido que va a haber una gran revolución a partir del 30 de junio en una plantilla que no se sabe quién va a dirigir la próxima temporada. Es decir, para empezar, es para echarse a temblar cuando además la realidad que se anuncia desde el club es que debe haber una reducción drástica del presupuesto en la plantilla de unos 60 millones de euros. Eso como mínimo.

Pero la dejadez, inacción, o no se sabe qué intenciones paralelas, va a hacer perder al Sevilla tanto potencial deportivo como económico en hipotéticas operaciones de traspaso. Está claro que hay jugadores con contrato en vigor que no cuentan para el club y a los que se desea buscar salida, pero dejar que se acerquen al último año de su contrato los devalúa en el mercado (caso de En-Nesyri) y complica las negociaciones para su renovación (con Isaac la lesión jugará, en teoría, a favor del Sevilla).

En la labor de un director deportivo no sólo está el conocer el mercado y acertar en los fichajes. Tener una especial sensibilidad con los jugadores de la plantilla en curso es mucho más importante. Y hay que cuidar el final de los contratos de cada jugador, tanto si se desea venderlos, para lo que lo ideal es hacerlo dos temporadas antes del final de sus compromisos (lo suyo en el momento actual son los que acaban en 2026), como si se desea que se queden, para lo que también hay que tratar de negociar dos años antes.

¿Qué ocurre en el Sevilla? Pues que muy pocos jugadores de la actual plantilla tienen asegurado por contrato a medio plazo seguir. En realidad, sólo seis, siete si se incluye a Gudelj. Hasta 2026 tienen contrato Kike Salas, Juanlu y el serbio; hasta 2027 Badé y hasta 2028 los fichados la pasada campaña: Pedrosa, Sow y Lukébakio.

Del resto de la plantilla hay que distinguirlos en cuatro apartados. Los que acaban contrato el 30 de junio, de los que mucho se ha hablado; los que les queda sólo un año; los cedidos que deben volver a su club y los que se podrían llamar asuntos espinosos, gente con contrato que están incluso apartados o con los que no se cuenta porque, por ejemplo, ni han jugado con Quique. Sus nombres están en la mente de todos.

2024: Alerta roja

Se habla sobre todo de dos jugadores que son leyenda en el club: uno porque se lo ha ganado, Jesús Navas, y otro sólo por su origen, Sergio Ramos. Si renuevan (al que sólo se le ven posibilidades al primero), será con un contrato a la baja. Navas tiene 39 años y cumplirá 40 en noviembre. El Sevilla le abre las puertas hasta que quiera, pero no cobrando lo que cobra, evidentemente. Si entiende su situación y él quiere matar el gusanillo un año más, lo hará.

El caso de Sergio Ramos parece más complicado. Ese corazón sevillista y las lágrimas que derramó parece que no son suficientes tras la más que decente segunda vuelta que ha firmado. No parece dispuesto a agacharse más y tampoco aceptaría cobrar lo mismo que este año (dos millones brutos). Se irá probablemente a Estados Unidos o a Arabia.

Hannibal bromea con Lukebakio junto a Nianzou y Soumaré. Hannibal bromea con Lukebakio junto a Nianzou y Soumaré.

Hannibal bromea con Lukebakio junto a Nianzou y Soumaré.

Pero no son los únicos que acaban en 2024. Se está renovando a Nyland, del que han filtrado que hay buenas sensaciones, pero de momento noticias, no. Óliver Torres y Lamela también acaban contrato. El primero es titular fijo y un jugador aprovechable, de club y que no da problemas, pero ha manifestado que nadie se ha dirigido a él y ya ha acabado la temporada. Lamela no tiene ninguna posibilidad, y menos con su sueldo.

Lo de Mariano es curioso. Estaba sin equipo y el Sevilla anunció su firma por un año, pero en webs especializadas como Transfermakt figura con contrato hasta 2025.

2025: Alerta naranja

Entramos en los asuntos espinosos. Son jugadores que entran en el último año de contrato, con lo cual, en seis meses, el 1 de enero, pueden firmar libremente con cualquier club. En caso de una venta, ya el club comprador tira claramente a la baja. El propio Sevilla a la hora de fichar recurre habitualmente a jugadores en el último año de contrato para rebajar el precio. Para renovar es igualmente peligroso, ya que el club corre el riesgo de encontrarse con la negativa de un jugador que ya tiene un acuerdo por detrás con otro club o que simplemente prefiere esperar y aprovecharse de ello.

En-Nesyri es un caso claro. En teoría, con sus números, es un jugador muy goloso en el mercado. Y si el Sevilla en tiempos rechazó 30 ó 35 millones de euros por él, difícilmente ahora van a llegar a la inversión que en su día realizó el club pagando al Leganés su cláusula, 20 millones.

Isaac es otro caso. ¿Renovará o no? Dependerá de sus agentes, que claramente tienen la sartén por el mango. A favor del Sevilla está que su irrupción ha perdido la fuerza de sus inicios y que la lesión le impedirá hacer un final de temporada llamativo.

Pero hay más. Si el Sevilla desea vender a jugadores importantes, va muy tarde, por ejemplo, con Ocampos. En su primera temporada se llegó a hablar de cifras mareantes. Pues bien, está a punto de entrar en su último año de contrato y el 1 de enero podrá firmar libre con cualquiera. Acuña, por el que se formó una especie de escándalo con Monchi con una oferta del Aston Villa, está en la misma situación y con 32 años a sus espaldas. Su valor ha caído escandalosamente. También acaban contrato en 2025 Dmitrovic, que saldrá, pues se apuesta por Nyland y probablemente un segundo portero de perfil bajo, y Suso. El gaditano también tendrá que ser vendido a la baja. Tiene una ficha muy alta heredada del Milan, desde donde llegó por 25 millones.

2026: Carta verde

Aquí ya puede decirse que un club puede estar tranquilo. Con dos temporadas de margen, los jugadores que acaban en 2026 ofrecen cierta tranquilidad, aunque si no juegan es un problema serio. Son Kike Salas, un jugador que con 22 años ofrece un gran futuro, y Juanlu (21 en agosto), que levantó interés en el mercado, pero dejó de jugar. También acaban en 2026 Gudelj, que tiene 32 años y esta campaña las lesiones lo han frenado, y Januzaj, una de las chinas en el zapato. Su enfrentamiento público con Víctor Orta en el mercado de enero por lo que éste decía que era una clara negativa a salir fue sonado. Cobra una barbaridad y le quedan 2 años más de contrato.

2027: Un marrón salvo Badé

Badé fue una buena gestión, todos coinciden en ello. Antes de irse a Inglaterra, Monchi ejerció la opción de compra y le firmó tres campañas más, un buen contrato para el Sevilla para un jugador con 24 años, aunque aún heredado de la buena era salarial.Sí son un auténtico marrón Marcao, Nianzou, Joan Jordán y Rafa Mir. Casi nada. A ver qué pasa.

2028: La nueva era

Es el camino a seguir. Jugadores que han llegado en el último verano. Uno fue apuesta de Monchi, Pedrosa, y los otros, dos fichajes de Orta: Sow y Lukébakio. En principio todos ellos están en el próximo proyecto si no llegan ofertas.

Los cedidos, imposible

Cuatro jugadores que dirán adiós irremediablemente. Soumaré ha convencido, pero su opción de compra es prohibitiva (15 millones). Además, tiene contrato hasta 2026 en el Leicester, que va a volver a la Premier. Hannibal y Véliz tienen cero opciones de quedarse. El tunecino por una opción de compra de 18 millones y con el argentino ni se contempló esta posibilidad.

Con Agoumé es distinto si al Sevilla le interesara. Tiene una buena edad (22 años) y el valor pactado es de 8 millones, pero entra en el Inter en el último año de contrato, por lo que el Sevilla podría negociar (ojo, sólo si se lo planteara) a la baja.

Es la otra cara de los que acaban en 2025...

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