No será una marcha más ni una melodía cualquiera. El pentagrama traspasará su propia razón de ser para convertirse en un modo distinto de contemplar y de interpretar la Piedad del Baratillo, uno de los conjuntos iconográficos más singulares y significativos de la Semana Santa de Sevilla. Nanas del Baratillo es el nombre de la marcha que ha compuesto David Hurtado para la coronación canónica de la Virgen de la Piedad, evento que tendrá lugar el próximo 14 de septiembre en la Catedral de Sevilla. 

Una composición que guarda un trasfondo especial y que pretende transmitir al devoto y al oyente una visión distinta del propio grupo escultórico. La marcha, que será estrenada en vísperas de los actos de la coronación, se trata de un regalo de la propia banda de El Carmen de Salteras, que participará con su música en la tarde de la procesión triunfal, con la imagen ya coronada. Aunque la marcha es, efectivamente, una marcha de coronación, el propio Hurtado quiere que su partitura no se circunscriba exclusivamente al acontecimiento, sino que materialice en música "la esencia misma, siempre según mi  -obviamente- de tan extraordinaria Imagen de la Virgen y del Señor", apunta.

Cartel anunciador de la marcha

"Siempre he pensado que la Piedad le está cantando al Cristo 'dormido' en su regazo. Las nanas en Andalucía tienen cierto componente trágico, como si las madres intuyeran o más bien recelaran y temieran. Todas las adversidades que sus hijos, tan indefensos en esos momentos, puedan enfrentar en la vida", apunta. Una consideración que bebe de la obra Nanas de espinas, de Salvador Távora, o la propia Nana de Manuel de Falla. 

Fue Adolfo López, amigo de Hurtado, quien envió una serie de poemas dedicados a la Piedad a petición expresa del compositor. Entre este catálogo literario se hallaba la letra de una saeta anónima que decía así: "¡Ay! Piedad del Baratillo/ si no fuera por su sangre,/ diría que está dormido/ en tu regazo de madre/ igual que cuando era un niño. De ese modo, la marcha comenzará con una especie de nana que le canta la Virgen a su hijo, si bien la escena será abruptamente interrumpida por motivos musicales propios de una coronación: júbilo, alegría y pétalos que caen del cielo. 

Tras la explosión, la propia Virgen "saldrá de su ensoñación y caerá en la cuenta de que su niño no está dormido en realidad, y con una profunda emoción contenida que le atravesará el pecho como una espada, le cantará otra nana pero esta vez bien distinta a la primera; un verdadero llanto". Así será Nanas del Baratillo, que ya ha levantado expectación entre los cofrades baratilleros y los melómanos cofradieros.