El derbi sevillano | Presentación

Un estado de ánimo

Pellegrini se dirige a sus futbolistas en una charla.

Pellegrini se dirige a sus futbolistas en una charla. / Jose Manuel Vidal / EFE

Unos se la atribuyen al ilustrado Valdano y otros al maestro del achique de espacios, Arrigo Sacchi, pero sea cual sea el autor, Betis y Sevilla hacen suyo la célebre frase que los medios repiten de manera recurrente y los entrenadores nunca olvidan cuando eligen entre un jugador u otro. El fútbol es un estado de ánimo y las victorias son gasolina en el motor de los bólidos que quemarán goma en el asfalto en busca de la victoria.

Y si el fútbol es un estado de ánimo, Betis y Sevilla aportan cinco triunfos como cinco soles al enfrentamiento de este domingo en el Benito Villamarín, cuando la primavera ya casi estalla en Sevilla. Los de Pellegrini vuelven a soñar con Europa tras dos triunfos que han puesto fin a una mala racha, la peor de la era heliopolitana del chileno. Los de Quique Sánchez Flores parece que han escogido el momento a la carta. Llegan los nervionenses en su mejor mes, con la tranquilidad ya en la nevera del agua y habiendo sumado tres victorias consecutivas por primera vez en la temporada y cuando se cumple justo un año de la última vez.

El Sevilla es el segundo mejor equipo de la Liga en las últimas jornadas tras el Real Madrid, que enlaza cinco partidos ganados tras dar el golpe de gracia a su eterno rival en el último clásico. Llega con confianza, liberado de las cadenas de la tensión clasificatoria, lo que le puede dar un extra de gas.

Más o menos que perder

No es un tema baladí y si en otro partido cualquiera el equipo que llegue en chanclas puede acabar cayendo en la relajación, en un derbi esta circunstancia puede tener el efecto contrario. El Sevilla no está en chanclas, pero la tranquilidad que le otorgan los doce puntos que ha puesto de por medio con el descenso lo convierten en un rival mucho más peligroso para un Betis que necesita seguir comiendo para amarrar una plaza en Europa.

Tiene, por tanto, menos que perder el cuadro de Quique, un Sevilla que sabe cómo intimidar en el estadio del eterno rival y que, en un momento dado, puede plantear el choque como si se tratara de una competición de eliminatorias. Si hay que ir a tumba abierta, tendrá más libertad para hacerlo.

Las bajas

No faltarán ninguno de los jugadores importantes en ninguno de los dos bandos, si bien las bajas en el Sevilla, con la última lesión de Nemanja Gudelj, se focalizan en la misma línea, un centro del campo en el que necesita músculo y en el que, aparte del serbio, se le ha caído el suizo Djibril Sow. Pedrosa completa el trío de ausencias en el equipo nervionense, que recupera a una pieza importante en la defensa, el joven Kike Salas, el central más dinámico de los tres que forman el eje y un gran valor en el juego aéreo.

En la otra esquina del cuadrilátero, Pellegrini no podrá contar con Marc Bartra, que ya acumula meses de baja, ni con Chimy Ávila, lo que resta registros de ataque muy específicos como los que puede aportar el argentino.

Quique, junto a Jesús Navas, Januzaj y Agoumé. Quique, junto a Jesús Navas, Januzaj y Agoumé.

Quique, junto a Jesús Navas, Januzaj y Agoumé. / José Luis Montero

Posesión vs transición

El duelo en la pradera de Heliópolis también significará una confrontación entre dos estilos, uno de ellos creado –eso sí– ante la necesidad. El modelo que ha moldeado el Ingeniero, con sus altibajos durante la temporada, ha demostrado altos niveles de fiabilidad. Con Isco como faro, el Betis ha llegado a funcionar como un reloj bajo la premisa del control del juego, la posesión y un fútbol dinámico capacitado para llevar el peso del partido, apostar por el ataque estático y cansar al rival a base de hacerlo correr tras el balón. La genial maniobra de Ayoze entrando y saliendo, las rachas de Willian José, la fiabilidad de Guido... el Betis es un equipo ha sabido sortear las dificultades que se le han planteado en la plantilla con criterio y diferentes variantes que no se han salido del modelo, como las aportaciones en diciembre de Johnny, Fornals o Bakambu.

Todo lo contrario que el Sevilla, en el que Quique ha tenido que crear un bloque para no sufrir en una lucha por el descenso que desgasta a las plantillas que no están diseñadas para ello. El entrenador madrileño, tras el periodo de conocimiento del equipo desde que llegó en diciembre, ha reforzado el sistema defensivo con tres centrales y dos laterales a los que les pide que permanezcan juntos para que delante de ellos barran lo que puedan tres medios que se hagan fuertes por dentro y que compensen la licencia de jugar con dos delanteros.

Y precisamente estos dos, Isaac y En-Nesyri, condicionan una forma muy específica de atacar, a través de desmarques, contraataques y centros rápidos al área en busca de la cabeza del marroquí, que posee un remate demoledor. Todo ello sin olvidar la capacidad de lanzar estas letales transiciones de su portero, un Nyland con una gran precisión tanto con el pie como en saques de continuidad con la mano.

El factor Acuña

El argentino era una de las opciones que tenía Quique para suplir a Kike Salas ante el Mallorca, pero, acabado de salir de una lesión, sin duda su decisión de apostar por Gudelj obedecía a guardarse esa carta para el derbi. El Huevo es un jugador diferencial en este tipo de choques. De sangre caliente, garantiza intimidación al contrario, sabe lo que es silenciar el Villamarín con uno de sus golpeos y será, además, un factor clave en las jugadas a balón parado, en córners y faltas, uno de los principales fuertes del Sevilla con rematadores como Sergio Ramos, Kike Salas, Badé, Ocampos, En-Nesyri o el propio Isaac.

La mayor experiencia de Pellegrini

También es un grado la experiencia y, contando las horas de vuelo en derbis, el entrenador del Betis cuenta con un bagaje amplio, inmenso comparado con el del debutante Quique. Pero esto nunca es determinante. Pellegrini, pese a su amplio historial en los derbis que asciende a siete duelos de Liga y uno de Copa, sólo puede decir que ha resultado ganador en el del torneo del KO, aquel desafortunado duelo marcado por la suspensión tras el episodio del palo que impactó en Joan Jordán y todo lo que pasó después.

En la Liga, el Betis con el chileno suma 4 empates y 3 derrotas en los derbis, mientras que en el Villamarín acumula dos partidos empatados y uno perdido.

Quique se estrena y han sido varias las veces que ha avisado que le tienen que explicar qué es lo que significan este tipo de citas, sin duda una estrategia disuasoria o de distracción dentro del tablero táctico y de emociones que se libra en cada duelo de la máxima rivalidad.

Un derbi sin Monchi

En los últimos derbis en el Villamarín el ex director deportivo sevillista buscó un protagonismo especial consciente de que no gusta en la casa del rival y que sí motiva a los suyos. Será el primer derbi en Heliópolis sin la figura del gaditano en el césped, donde le gustaba arengar a los suyos (jugadores y afición) para lograr un doble efecto positivo para sus intereses. En el último fue criticado por celebrar vehementemente un empate, el que hizo posible un gol de Gudelj tras las expulsiones de Montiel, Borja Iglesias y Fekir.

Los canteranos

Siempre se dice que le dan un plus a estos partidos por lo que han mamado desde pequeños y en este caso se han vuelto las tornas. Si hace unos años el Betis tenía más ADN propio, la crisis en el Sevilla ha hecho que la escuela de la carretera de Utrera cobre protagonismo. Sin el referente de Joaquín, en los locales sólo Miranda puede decirse que se ha criado en la ciudad deportiva de los verdiblancos en Los Bermejales. En el Sevilla, aparte de la emotividad que aportan dos capitanes con mucha experiencia y recorrido en el fútbol internacional como Jesús Navas y Sergio Ramos, ha llegado sangre fresca con jugadores como Isaac Romero, Kike Salas o Juanlu. Y lo normal es que los cuatro primeros estén en el once inicial.

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