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La aldaba

Carlos Navarro Antolín

cnavarro@diariodesevilla.es

Un comercio de cinco estrellas en Sevilla

Los almacenes Pérez Cuadrado son un ejemplo de atención al público y de conservación de una casa patio de estilo sevillano El vaciado de la ciudad, la Sevilla de Aperol Spritz Alcalde, mójese con las piscinas

El interior de los almacenes Pérez Cuadrado

El interior de los almacenes Pérez Cuadrado / M. G. (Sevilla)

En la calle José Gestoso hay un negocio de cinco estrellas que no es un hotel. Se trata de uno de esos establecimientos que deberían estar catalogados por sus especiales valores. En pocos sitios se aprecia una forma tan original y genuina de presentar la ropa interior, de conservarla en cajas perfectamente organizadas, de ordenar los productos en las estanterías... Y todo con un patio luminoso que da acceso a la zona de tienda, por lo que el inmueble está conservado con la exquisita sencillez que tanto se echa de menos en otros edificios del centro histórico. En este caso es la tienda la que mantiene la casa. Y es un comercio de los que contribuyen a que Sevilla tenga ese sello único, ese valor añadido, esa manera de trabajar del pequeño comercio con encanto. Sí, son los almacenes Pérez Cuadrado, donde usted puede admirar una casa de toda la vida y comprar calcetines, calzoncillos, medias, guantes de nazareno, productos para el baño y, por supuesto, colonias, sobre todo esas que huelen tan bien y que se elaboran en Hinojos por el Instituto Español que dirige Vicente Granados Royo, aquel Melchor que fue de la cabalgata de Sevilla. Almacenes Pérez Cuadrado debe estar a punto de cumplir los 80 años de atención personalizada al público si es que no ha apagado ya las velas de la tarta. Su clientela emplea un lenguaje en desuso, como la señora que se fija en una faja con el dedo índice: “Mire, como la del color carne que está junto a los eslip de cuadritos”. O del señor que tímidamente pide los calzoncillos de la marca del perrito.

¿Se puede tener más arte a la hora de componer un escaparate a base de ropa interior de señoras y caballeros? Sin necesidad de fotografías de bellas modelos ni de hombres sacados de un anuncio de perfumes de impronunciable marca en francés. Los calzoncillos, las bragas, las fajas, los camisones, los guantes... Todo lo ve usted en directo. Y así durante décadas sin necesidad de asesores interioristas. No hay valor más seguro que el trato personalizado en ese magnífico mostrador de los de toda la vida: extenso y cómodo como eran los Peyré para poder abrir los rollos de tela. Todavía, por cierto, se pueden admirar esos mostradores en la calle Francos en la sede del Aero, donde hoy hacen de barra del bar del club. Los almacenes Pérez Cuadrados son auténticos, que no viejos; genuinos, que no pasados de moda, y limpios y bien conservados, que no añejos. A veces tenemos muy cerca el mejor ejemplo de lo que significan las cinco estrellas. Y no es un hotel, sino un comercio de ropa interior de los que cada vez quedan menos.

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