CULTURA

Andy y Lucas celebran su adiós “momentáneo” por todo lo alto en Sevilla

Andy y Lucas, en el Cartuja Center CITE

Andy y Lucas, en el Cartuja Center CITE / José Manuel Morán

La mítica pareja de gaditanos Andy y Lucas –no necesitan muchas presentaciones porque son toda una institución en el mundo de la música– anunciaron el pasado noviembre que se despedían "momentáneamente" de los escenarios. El motivo no es otro que una cardiopatía que sufre el segundo y que le obliga a evitar ejercicios intensos como los que se realizan sobre los escenarios. Lejos de sembrar el pánico y de generar alarmismos innecesarios, el dúo se ha puesto manos a la obra para –en palabras de ambos– "despedirse por todo lo alto" con una gira que lleva el nombre de Nuestros últimos acordes. Más de 7.000 personas se darán cita esta noche y mañana en el Cartuja Center CITE para cantar –por penúltima vez– grandes éxitos como Y en tu ventana, Son de amores, El ritmo de María o Tanto la quería.

No han sido pocos los que han especulado que esta despedida atiende a motivos de marketing, de ventas de entradas y otras teorías de las conspiración. "Ya verán que es cierto...por desgracia para nosotros", indica Andy con cierto pesar a este periódico y hace especial hincapié en que "nos daremos una pechá de llorar cuando no cantemos más". Lo cierto es que la incertidumbre marca el futuro de ambos. "No tenemos una bola de cristal, nos estamos retirando porque el cardiólogo me ha dicho que no puedo seguir cinco años con este ritmo", apunta Lucas.

Una situación que provoca que no puedan –ni quieran– mirar más allá de las fechas que han cerrado hasta marzo de 2025. "A día de hoy los informes dicen una cosa y nuestras cabezas dicen otra", recalca Lucas y matiza que "lo que quema" no es "cantar", sino todo lo que hay detrás: el día a día, los teléfonos "y el no dar con las personas idóneas" a lo largo de una carrera que ya supera las dos décadas. Una situación de suspense que está provocando que vivan la gira como si fuera la primera. Con la misma ilusión y las mismas ganas de reunir a sus seres queridos.

Manifiestan con seguridad que no ha sido difícil elegir el repertorio. Entre risas comentan que Son de amores y Tanto la quería no las van a tocar. "De hecho, vamos a cantar los temas que menos se han escuchado para que la gente se los aprenda de una vez", bromea Andy.

Sobre sus canciones, ponen en valor el haber llevado a la palestra temas como la violencia de género –Y en tu ventana– o el ahora convertido en fenómeno de la gentrificación –Mi barrio– cuando apenas se mencionaban en las tertulias. Mucho menos podría pensarse que se convertirían himnos del pop patrio. "No considero que estemos infravalorados, pero es cierto que con 18 años escribimos una canción a la mujer maltratada que se cantó en medio mundo, por mucha pinta de canis que tuviéramos", señala Lucas. "Los primeros fuimos nosotros y no es una cuestión de egos, es una cuestión de justicia”, justifica el intérprete al considerar que "Andy y Lucas es mucho más que un grupo para adolescentes". Ninguno pone en tela de juicio el gustar más o menos a nivel musical. Tampoco el hacer más o menos gracia. "Pero somos muy naturales y llegamos a distintos ámbitos de la vida", indican. Ambos tienen esa espinosa sensación de ser molestos para la industrias, las compañías discográficas e incluso las instituciones. Según Andy, podría deberse "a que nos mojamos, algunos compañeros son pelotas y nosotros no".

Lo que no se puede negar es que en 2001 –con el lanzamiento de su primer álbum, Andy y Lucas– fueron protagonistas de ese fenómeno fan tan icónico de los 90. Las adolescentes de media España forraron sus carpetas con instantáneas del dúo, quienes compartían espacio con El Canto del Loco, Pereza o la primera generación de triunfitos. Un fenómeno fan "que ya no existe. El que hay ahora no se parece". Algo que puede deberse a que, según Lucas, "el abanico es muy amplio y cada dos meses hay un artista nuevo". Recuerdan que "todo era muy distinto" cuando empezaron su andadura y no vacilan al pensar que fueron “uno de los últimos grupos” que protagonizó un fenómeno que reviven en cada concierto: "Parece que volviéramos a años atrás".

También tienen claro que si el grupo hubiera nacido ahora, no se habrían dedicado a la escena musical. "En la vida habríamos hecho reguetón, hubo un momento en el que algunas radios nos pidieron que no hiciéramos nuestros temas tan flamencos. A mí eso me mataba", recuerda Andy. Confiesan que es cierto que han hecho algún guiño al género que actualmente ocupa la cima de las listas de éxito, pero sin perder esa esencia que huele a rumbas y bulerías. "Y si algún día volviéramos a hacer un disco, tampoco sería de reguetón", sentencia su compañero de batallas. A pesar de no dar el brazo a torcer, mantienen la nada desdeñable cifra de dos millones de oyentes mensuales en Spotify "y no hemos comprado ninguno".

Aunque las citas de esta noche y de mañana hayan colgado el cartel de no hay billetes, el dúo ofrecerá un tercer concierto el próximo 8 de diciembre. Las entradas para este hasta pronto con sabor agridulce se pondrán a la venta el próximo 2 de mayo en la web del Cartuja Center CITE. Una penúltima –siempre penúltima– oportunidad de ver los artistas que tantas tardes y noches de fiesta han regalado con sus canciones.

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