Villarreal-Sevilla | La crónica
  • Los nervionenses no sacaron provecho de las dos ventajas que tuvieron por los goles de En-Nesyri y acabaron truncando su buena racha de los últimos partidos al mando de Quique Flores

  • Final polémico por la posible falta de Sorloth en el tanto final y con la sensación de que los visitantes fueron demasiado conservadores pese al cabezazo del delantero marroquí al poste

  • Así le hemos contado el Villarreal-Sevilla

Un paso atrás, y otro, y otro más del Sevilla en Villarreal (3-2)

Sorloth empuja claramente con sus dos manos a Kike Salas en el 3-2. Sorloth empuja claramente con sus dos manos a Kike Salas en el 3-2.

Sorloth empuja claramente con sus dos manos a Kike Salas en el 3-2. / Andreu Esteban | Efe

Retorno a la derrota de un Sevilla empeñado en caer en Villarreal. Los nervionenses no sacaron provecho de las dos ventajas que tuvieron y, pese al cabezazo al poste de En-Nesyri con el marcador igualado (85'), el conjunto de Quique Flores permitió que el Villarreal llegara demasiadas veces a los alrededores de Nyland. Tanto fue así que el cántaro acabó por romperse cuando ya parecía que todo iba a acabar con un empate a dos. 

Pero no, en el enésimo centro lateral permitido por la defensa sevillista, en este caso de un excelente Álex Baena, Sorloth saltó por encima del mermado físicamente Kike Salas utilizando sus manos para apoyarse. Díaz de Mera, horrible todo el partido, interpretó que era demasiado anularle dos goles al equipo local en el tiempo de prolongación y dio el tanto del triunfo amarillo por 3-2.

¿Justo?, ¿injusto? Pues ni una cosa ni la otra, es fútbol y son circunstancias que se producen dentro de los más de cien minutos que se litigaron en el Estadio de la Cerámica. Pero una cosa sí está más que clara y es que el Sevilla permitió que el Villarreal le llegara una infinidad de veces durante el segundo periodo, lo que podía tener una consecuencia negativa para los intereses nervionenses.

Así fue con ese testarazo final de Sorloth dentro del área pequeña, lo que ya es un riesgo, pero es que no fue ni el primero ni el único. Nyland le hizo sendos paradones a Álex Baena (46') y Guedes (59') cuando ambos llegaron en solitario, también hubo algún remate franco de Álex Baena. Aunque también En-Nesyri tuvo dos cabezazos claros, el del poste (85') y otro (80'), en sendos centros de Pedrosa.

Pero el relato de todas esas acciones sólo sirve para contextualizar el desarrollo de este Villarreal-Sevilla, lo único que realmente vale es el resultado anotado por el desacertado Díaz de Mera en el acta y éste fue un 3-2.

Exhibición de En-Nesyri

La primera parte iba a tener un nombre propio muy definido y éste no es otro que Youssef En-Nesyri. El delantero marroquí iba a ser el autor de los dos goles del Sevilla, el segundo a su más puro estilo al cabecear con ese martillo que tiene en la testa un centro de Jesús Navas desde la derecha. Pero ni siquiera esas acciones tan efectivas que gustan a los delanteros iban a ser lo más destacado. 

En-Nesyri, con la mirada perdida mientras Nyland observa a Kike Salas tras el último gol. En-Nesyri, con la mirada perdida mientras Nyland observa a Kike Salas tras el último gol.

En-Nesyri, con la mirada perdida mientras Nyland observa a Kike Salas tras el último gol. / Andreu Esteban | Efe

El marroquí brilló con luz propia en una cacha junto a los banquillos a Kiko Femenía de las que duelen al que la sufre y de las que pagan los buenos aficionados por verlas en directo en los estadios. El bigoleador del Sevilla pisó el balón y con el taconcito le metió el balón entre las piernas al lateral derecho del Villarreal, que se revolvía agarrando y se llevaba también por delante a Acuña en su intento de no quedar empequeñecido por la jugada.

Era un punto a destacar dentro de un partido que claramente ya se veía desde el principio que no tenía la tensión de cuando los objetivos de la temporada están aún en el aire. Tanto el Villarreal como el Sevilla se han quedado en una zona de nadie y las cuatro jornadas que restan hasta el final del curso serán prácticamente de compromiso. Es evidente que mientras más arriba acaben los equipos más ingresos se producen en sus arcas por el sistema de reparto de LaLiga, pero a los profesionales es complicado explicarles estas cuestiones.

Partido light

Por supuesto que todos quieren ganar, eso sucede hasta en los partidos de los entrenamientos, pero no es lo mismo jugar con el agua al cuello que hacerlo por el mero prurito del deportista de sentirse vencedor al final de los noventa minutos más el añadido.

Con esta premisas, Quique Flores no alteró su once respecto a la última goleada contra el Granada salvo en lo referente a las ausencias obligadas de Badé, por sanción, y de Lamela, por lesión. Sus puestos eran ocupados por Nianzou, que volvía después de mucho tiempo, y por Suso, que se tiraba un poco más al costado izquierdo para que Ocampos estuviera más cerca de En-Nesyri la mayoría de las veces. El Sevilla sí salía de forma nítida con cinco atrás en esta ocasión con Jesús Navas y Acuña en los costados.

El Villarreal de Marcelino, mientras, trataba de realizar el fútbol que es habitual con el asturiano. Muchos balones hacia las bandas para que desdoblaran sus futbolistas en esas posiciones y centros posteriores hacia Sorloth, aunque con una variedad de recursos, pues no siempre iban por arriba sino que buscaban por abajo las incorporaciones de los centrocampistas.

Los visitantes iban a saber capear el temporal en el arranque para asestar su primer golpe cuando Díaz de Mera consideró como penalti un toque con la mano de Kiko Femenía. Antes hubo otro igual de dudoso con un derribo de Sorloth a Agoumé al anticiparse en un balón dentro del área. En-Nesyri se encargaba de transformar desde los once metros y el Sevilla estaba por arriba, aunque le iba a durar muy poco la ventaja, pues Sorloth cabeceó con mucha comodidad un centro lateral de Cuenca.

Ventaja visitante en el descanso

Sin embargo, En-Nesyri no quiso quedarse atrás respecto a Sorloth y demostró su capacidad de salto en un centro de Jesús Navas. El marroquí estuvo imperial y el Sevilla se iba por arriba en el marcador al intermedio. Pero el primer aviso del Villarreal iba a llegar muy pronto con la ocasión clarísima de Álex Baena desbaratada por Nyland.

El Sevilla cayó en la tentación de acularse demasiado atrás, muy cerca de Nyland, para proteger el marcador y encima no fue capaz de sacar provecho de las opciones de contragolpe, como la que desperdició Agoumé por no saber conectar con En-Nesyri cuando parecía facilísimo dejar en solitario al marroquí delante de Jorgensen (50').

Los sevillistas cada vez estaban más atrás, aunque parecían seguros a la hora de aguantar. Hasta que entre tantos centros uno le cayó a Mosquera para rematar fácil el empate anticipándose a Sergio Ramos. Después llegarían el penalti no validado debido a que quien tocó con la mano fue Agoumé y no Capoue, el tanto anulado a Terrats por claro fuera de juego y el testarazo final de Sorloth empujando a Kike Salas. Tres a dos y acaba la racha del Sevilla de Quique Flores, pero es que cuando se juega a la ruleta rusa de acularse junto al portero siempre puede llegar ese momento desgraciado...

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